Uno de los partidos más atractivos de la jornada en la Liga Iberdrola de fútbol femenino fue el que el frentó al Rayo Vallecano y al Barcelona. El encuentro acabó con victoria para las culés por un contundente 0-4, pero también con una polémica que acabó fuera del campo.

Todo se debió a una acción en la que Sheila, del Rayo, luchaba por un balón con Andressa Alves, del Barcelona. La primera cometió una fuerte falta sobre la segunda, lo que derivó en un enfado monumental de la brasileña. En esas estaban protestando, cuando Alves escuchó algo que, presuntamente, era un insulto racista hacia ella por parte de la jugadora rayista. Se fue a por ella con intenciones agresivas, obligando a sus compañeras a separarla. La colegiada del encuentro expulsó a Alves.

Tras el partido, el entrenador del Barcelona, Lluís Cortés, aseguró que su futbolista había recibido insultos racistas. "Andressa es una jugadora extranjera que recibe un insulto racista durante el partido y eso es un tema muy grave que tenemos que erradicar entre todos. Por eso se debió su reacción, que no justifico", afirmó ante los medios.

Ante estas declaraciones, la parte acusada, Sheila, aseguró su inocencia y afirmó que jamás había insultado a su rival, y menos en términos racistas.

El Rayo Vallecano ha salido al paso del incidente con un largo comunicado en el que reafirma la inocencia de su futbolista y en el que apunta a las "inaceptables y deleznables" declaraciones de Cortés, a quien recuerdan que debería fijarse más en lo que hacía Johan Cruyff en el Barcelona de los 90.